Al establecer el riesgo de control en la negociación de contratos, está creando esencialmente un marco para gestionar y mitigar las pérdidas potenciales que puedan derivarse de acontecimientos o condiciones imprevistos. He aquí algunos pasos que puede tener en cuenta:

1. Comprender el riesgo: Debe comprender los tipos de riesgo a los que puede enfrentarse en la negociación de contratos. Pueden incluir riesgo de mercado, riesgo de crédito, riesgo operativo, riesgo legal, etc.

2.Defina su tolerancia al riesgo: Los distintos individuos o instituciones tienen diferentes niveles de tolerancia al riesgo. Sería útil que definiera cuál es su tolerancia al riesgo. Es la cantidad de riesgo que estás dispuesto a aceptar en busca de beneficios.

3.Elabore un plan de gestión de riesgos: Su plan debe detallar cómo identificará, evaluará y controlará los riesgos. Debe ser claro y fácil de entender. El plan también debe incluir un proceso para actualizarlo a medida que cambien las condiciones.

4.Utilice herramientas y técnicas para identificar riesgos: Utilice análisis de mercado, análisis de escenarios y pruebas de tensión para identificar riesgos potenciales. Recurra a la experiencia de expertos jurídicos, financieros y de mercado para que le ayuden en el proceso de identificación.

5.Evaluar los riesgos: Una vez identificados los riesgos potenciales, hay que evaluarlos. Esto incluye determinar su probabilidad e impacto potencial en su actividad comercial.

6.Establecer medidas de control: Las medidas de control son las acciones que emprenderá para gestionar los riesgos. Pueden incluir la diversificación de las inversiones, el uso de órdenes stop-loss, la cobertura con derivados, etc.

7.Aplicar el plan de gestión de riesgos: Una vez definidas las medidas de control, hay que aplicarlas. Esto incluye establecer procesos y sistemas para supervisar los riesgos y ejecutar las medidas de control.

8.Supervisar y revisar los riesgos y las medidas de control: Supervise y revise periódicamente sus riesgos y medidas de control. Esto le ayudará a ajustar su plan de gestión de riesgos según sea necesario.

Recuerde que, aunque el riesgo nunca puede eliminarse por completo, sí puede gestionarse y controlarse. La clave es ser proactivo y disponer de un plan.